EL Tao es una corriente filosofía y espiritual de origen chino que data desde hace millones de años, los registros que se tienen es gracias a Lao-Tse.
Quien medita con el Taoísmo, se caracteriza por ser una persona tranquila, vive feliz con su entrono y con el mismo. Es sincero con su ser, no le gusta engañar.
La acción mística de aprender a soltar y colocar en alto lo importante de la vida, siempre está en armonía con esta disciplina, aquellos que hablan con discreción tienen el entendimiento de la virtud.
Existen técnicas de meditación que deberás conocer antes de adentrarte a esta filosofía. Antes de iniciar, debemos conocer a qué se refiere este término.
¿Qué es el Tao y en qué consiste?
Para la cultura china el Tao es el principio y el final de toda la creación, es un orden natural. Las acciones del Taoísmo son tan misteriosas como el espíritu. En el proceso natural y del cambio, los organismos son creados y perfeccionados, para luego disolverse en los elementos básicos.
La energía del Tao está presente en todo, desde el fragmento más pequeño que existe, hasta el universo entero.
Es el poder que da forma al cielo y la tierra, es lo que armoniza con el Yang y Yin. Es capaz de separar las estaciones en verano, otoño, invierno y primavera.
Consigue armonizar los elementos (fuego, metal, agua, tierra y madera) para que puedan convivir en un entorno y no ser destructivos, al contrario, traer la vida.
El Tao se puede nombrar como la Creación Universal o el espíritu de Dios. El Tao se encuentra para todo aquel que lo busca.
¿Qué es la Meditación del Tao?
La Meditación Tao es el Medio para conectarnos con notros mismos y vivir en armonía con la naturaleza. Al entrar en contacto con esta fuerza, podremos percibir a nuestro ser interior, despertaremos nuestra conciencia, y entraremos en armonía con el universo y con el ser supremo.
El objetivo principal de esta disciplina es la transmutación, generación y circulación de nuestra propia energía, para mantener en paz la mente y el cuerpo, unificando el cuerpo con el espíritu.
No se le ve, pero se le puede sentir si se busca con Fe y deseo de retornar a la pureza original. Las meditaciones son silenciosas, profundas, elevadas en el Tao.
¿Cómo se practica la meditación Tao?
Basta ponerse en una postura cómoda, en posición de loto o con los pies replegados bajo el cuerpo, recuerda que la finalidad de la meditación es deshacerse de la ilusión y llevar la mente a un estado puro, es decir, un estado de lucidez que sólo se obtiene mediante el despertar de la consciencia.
«El Tao que puede llamarse Tao no es el verdadero Tao. El nombre que se le puede dar no es su verdadero nombre. Sin nombre es el principio del Cielo y la Tierra; y con nombre, es la madre de las diez mil cosas.» Lao-Tsé
La meditación Taoísta va más allá del lenguaje, la palabra fija y exige definiciones que cierran la comprensión de la realidad a conceptos mundanos que no permiten al alma desprenderse de sus apegos, por ello es fundamental silenciar todas las voces que surgen en cada intento de meditación, pues sólo en el silencio resplandece la verdad.
Respirar profundamente y dejar que la mente llegue a un estado de conciencia superior, a un silencioso vacío interno, es lo principal en el Tao.
Entonces, tratar de sentir con el corazón de la flor de loto interna, y tratar de ver la luz que hay dentro de cada ser humano será algo que surja naturalmente y sin presiones.
Respirar para silenciar al cuerpo, las emociones y la mente es el primer paso a la liberación de lo externo y de las ilusiones mundanas.
Técnicas para meditación Tao
La meditación del Tao se hace en silencio, en armonía con la energía del todo y sin forzarse a encontrarla.
Antes de iniciar es recomendable utilizar un atuendo cómodo de color claro. Busca un lugar tranquilo para meditar, libre de ruidos externos y elementos distractores. Es recomendable hacer ejercicios de estiramiento antes de iniciar.
Visualiza lo que quieres lograr, ten en mente que necesitarás desprenderte de todo pensamiento negativo. Debes estar convencido de que realizarás esta meditación, ya que te encontrarás cara a cara contigo mismo, si no estás dispuesto a verlo, no lo hagas o en todo caso, necesitarás un guía.
Como mencionamos la meditación Tao lleva tiempo, si es la primera vez que la practicas, te recomendamos hacer un periodo de tiempo corto, de 5 a 10 minutos, paulatinamente incrementa el tiempo, ya sea 30 minutos o más.
Posición de loto
Lo primeros que debes hacer es sentarte en posición de loto, es decir, entrelazar las piernas en el piso, mantener la espalda recta. Mantén cerrados los ojos, respira profundamente por la nariz y exhala por la boca. Es importante respirar por el diafragma.
Respiración profunda
Haz que la respiración se conecte con tu mente. Empieza a relajar los músculos de tu cuerpo, quita la tención que no es necesaria. Despeja tu mente, inhala energía, exhala tensión. Olvídate de todo, sentimientos, pensamientos, los quehaceres diarios.
Siente y visualiza cómo el oxígeno llega a todas las partes de tu cuerpo, tus pulmones, manos, cabeza, los dedos de los pies. Sentirás cómo tu mente y tu cuerpo poco a poco estará en paz y armonía.
Trata que tu respiración sea armónica, lenta y calmada, cada vez más lento. La respiración profunda es una fuente de vitalidad.
El Tao es el orden natural y es la ley de todo, es un largo camino para llegar a la verdadera paz.
Concéntrate
En este momento estarás en equilibrio con tu Yin y tu Yang, formando uno con tu ser. Llénate de energía para adentrarte a tu conciencia. Serena tu espíritu, tu mente debe estar tranquila, para dejar fluir la energía vital.
Concéntrate, inspecciona tu ser y aparta toda referencia del mundo exterior, libera tu mente, sincronízate con el universo, siente cómo la energía cósmica viaja por todo tu cuerpo, siéntete en paz, busca con fe y retorna a la pureza original, conéctate con la naturaleza.
Tómate el tiempo que sea necesario.
Agradece
Inicia el proceso de despertar, se consiente de dónde te encuentras, siente tu cuerpo, agradece a Dios por todo lo que te rodea. Poco a poco abre tus ojos, no te fuerces en hacerlo, decide cuándo es el momento indicado, estira tus brazos y piernas y despierta al mundo llevando contigo la paz y serenidad que has obtenido al meditar.
Mantente en la posición de loto y poco a poco incorpórate, siempre respetando el ritmo natural de tu cuerpo, para que la tranquilidad que conseguiste al recorrer el sendero del Tao: el sendero de la generación, transformación y circulación de la energía interior.
La gratitud es el inicio del bienestar, equilibra las fuerzas del Yin y el Yang con el agradecimiento que sentirás de ahora en adelante y que puedes sentir siempre que terminas una sesión de meditación.
